23 feb 2013

Ojalá pudiera volver a la última vez que nos vimos y abrazarte. Y nunca irme y nunca dejarte marchar. Entonces todo sería diferente.

9 jul 2012

Noches en Saigón

Hace exactamente 5 meses y 1 día escribí mi última entrada. No sé cuántas veces habré dicho desde entonces que voy a actualizar. No es que no tenga nada que contar, es que soy vaga. Pero para que veáis que mal no lo estoy pasando, os dejo este vídeo. Es una fiesta "remember" de mi bar favorito aquí, el Russian Bar. Lo cerraron hará cosa de dos meses y no he encontrado otro en el que me sienta tan agusto como lo hacía allí. Esto le debe de pasar a mucha gente ya que el mes pasado uno de los dueños decidió empezar con estas fiestas. Hemos tenido dos por ahora. Así la morriña se lleva mejor.


Russian Bar Heritage "Young Hearts" from Ivan Kamensky on Vimeo.

8 feb 2012

Cosas que me pasan en Vietnam

Hay unos cuantos conductores de moto-taxi (xe om), que me conocen. Ya me han llevado unas cuantas veces y no necesito discutir con ellos el precio, porque ya hay una especie de acuerdo, ni decirles mi dirección (o más bien intentar decirla y acabar escribiéndola porque no me entienden) porque ya se la saben. Esto es muy útil, aunque quizá un poco escalofriante para un occidental, tan celoso de su intimidad (a mí me da igual, creo que la mitad de los conductores de xe om en Saigón se la saben).

Bien, pues hoy, al salir del trabajo, no he visto al hombre que me suele traer a casa, sólo a uno de sus amigos, que creo que no es xe om y sólo está allí pasando el rato) así que he seguido andando en busca de uno, pero en esto he oído "¡Madame, madame...!" (no olvidemos que fue colonia francesa) a mi espalda y cuando me he girado ¡era mi conductor! El señor me ha debido de ver, ha cogido la moto y ha ido a buscarme, ¡así se fideliza al cliente!

26 dic 2011

No quiero convencer a nadie de nada.

Tratar de convencer a otra persona es indecoroso, es atentar contra su libertad de pensar o creer o de hacer lo que le dé la gana. Yo quiero sólo enseñar, dar a conocer, mostrar, no demostrar. Que cada uno llegue a la verdad por sus propios pasos, y que nadie le llame equivocado o limitado. (¿Quién es quién para decir “esto es así”, si la historia de la humanidad no es más que una historia de contradicciones y de tanteos y de búsquedas?).

Si a alguien he de convencer algún día, ese alguien ha de ser yo mismo. Convencerme de que no vale la pena llorar, ni afligirse, ni pensar en la muerte. “La vejez, la enfermedad y la muerte”, de Buda, no son más que la muerte, y la muerte es inevitable. Tan inevitable como el nacimiento.

Lo bueno es vivir del mejor modo posible. Peleando, lastimando, acariciando, soñando. (¡Pero siempre se vive del mejor modo posible!)

Mientras yo no pueda respirar bajo el agua, o volar (pero de verdad volar, yo solo, con mis brazos), tendrá que gustarme caminar sobre la tierra, y ser hombre, no pez ni ave.

No tengo ningún deseo de que me digan que la luna es diferente a mis sueños.

Jaime Sabines

22 oct 2011

Me dicen que estoy en las nubes


no se me ocurre un lugar mejor...

19 oct 2011

Estás lejos

y estás bien, al fin y al cabo, fue tu decisión ¿no?, lo que siempre habías querido. Aprendes, descubres, disfrutas, cada día un poco, algo nuevo, algo que puede ser insignificante pero que aquí es mucho. Tampoco tienes mucho más que hacer. Van pasando los meses, empiezan a pesar las ausencias de los que están, de los que ya no están, de los que no estarán nunca más, incluso de aquellos a los que aún no conoces. Un poco, de vez en cuando. Pero son traicioneras, te pillan desprevenida la mayoría de las veces y tienes que apañártelas sola con ellas. Son tus compañeras, tus sombras, tú. Luego se te olvida y vuelves a aprender, descubrir, disfrutar, porque para eso estás aquí, porque esto es lo que siempre has querido. Era eso ¿no? Y entonces decides llamar, puedes hacerlo, de hecho usas skype prácticamente todos los días. Pero no es lo mismo. Oyes la voz de alguien a quien quieres al otro lado del auricular, y te das cuenta de lo lejos que realmente estás, muy lejos, y oyes su voz, y quieres quedar, y abrazarle y pasar el rato, sólo eso. ¿SÓLO? Es entonces cuando te das cuenta de la distancia que has puesto entre tú y todos los que te importan. Y eso, queridos, apesta.

2 oct 2011