La primera categoría anhela la mirada de una cantidad infinita de ojos anónimos, o dicho de otro modo, la mirada del público. [...]
La segunda categoría la forman los que necesitan para vivir la mirada de muchos ojos conocidos. Éstos son los incansables organizadores de cócteles y cenas. Son más felices que los de la primera categoría, quienes, cuando pierden a su público, tienen la sensación de que en el salón de su vida se ha apagado la luz. A casi todos ellos les sucede esto alguna vez. En cambio, las personas de la segunda categoría siempre consiguen alguna de esas miradas. [...]
Luego está la tercera categoría, los que necesitan la mirada de la persona amada. Su situación es igual de peligrosa que la de los de la primera categoría. Alguna vez se cerrarán los ojos de la persona amada y en el salón se hará la oscuridad. [...]
Y hay también una cuarta categoría, la más preciada, la de quienes viven bajo la mirada imaginaria de personas ausentes. Son los soñadores. [...]
La insoportable levedad del ser
Milan Kundera
Milan Kundera
4 comentarios:
Me atrevo a añadir una quinta categoría: los que no importa cuantos los miren, siempre que sus propios ojos no esten mirando.
En realidad sus propios ojos siempre mirarán, no importa lo fuerte que los cierren. No puedes evitar ser el protagonista de tu vida.
¿Y este cambio de formato?
¿Es por el cambio de topos?
Estoy dándole un poco de vida al blog, que andaba parado, y creo que es necesario un lavado de cara. En breve habrá reinauguración
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