En Japón, el día de San Valentín es lo más esperado del mes de febrero, se vuelven locos y lo preparan desde mucho antes. Lo normal es que la chica le regale chocolate al chico y él le devolverá el regalo (que será mucho más caro, por supuesto) el White Day (14 de marzo).
Como no quería perdérmelo el sábado fui a Shibuya y, aparte de que en la estación había un montón de puestos que vendían chocolate, un montón de escaparates estaban decorados con ese motivo (todo rosa y con corazones, el paraíso de Paris Hilton). También había puestos de regalos de última hora, éste es uno que estaba fuera de Tokyo Records, una gran cadena de música (estilo fnac o así pero sólo música, creo que además es un sello discográfico).
Y como en todo gran evento que se precie, no podía faltar Coca-Cola, que demuestra la paciencia del santo Job, ya que Asia es mercado de Pepsi, pero ellos siguen ahí, dándolo todo al estilo de los 40 Criminales...
¡Y de paso reparten globos!
También estaban en el Año Nuevo Chino de Yokohama, patrocinando la cabalgata, algún día que tenga ganas subiré las fotos al caralibro y podréis verlo, hasta entonces tendréis que fiaros de mí... jeje.Y por último una foto del famoso cruce de Shibuya, que cada pocos minutos corta el tráfico totalmente dejando aproximadamente un minuto para que pasen miles de personas, que además pueden ir en la dirección más insospechada (normalmente la gente va a la acera que tiene justo enfrente, pero hay quien cruza en diagonal, por ejemplo yo la mayoría de las veces). De esto tengo un vídeo pero pesa mucho así que nada, ya lo veréis en otra ocasión.
Por supuesto yo también tuve mi chocolate de San Valentín, ¡Ai hizo una tarta riquísima para todas las chicas de la resi!
Por esta vez, y sin que sirva de precedente, voy a publicar dos entradas en el mismo día. Estaba yo esta tarde con Masami y Yukari en un supermercado viendo libros para aprender japonés (sí, aquí los venden en según qué supermercados) cuando me ha entrado un antojo de Lacasitos y he pensado que tal vez Estefa y Cris podrían traerme cuando vengan (¡dentro de un mes!). Luego hemos ido a otro supermercado y como seguía con el antojo he ido a la sección de chocolates pensando que algo encontraría y mientras intentaba decidirme por el lindt del 70% o del 80% he mirado hacia abajo y... ¡he encontrado paquetes familiares de Lacasitos! así que soy super feliz.Por cierto, que además de eso he encontrado la auténtica tableta de chocolate de Willy Wonka! ahí van unas fotos. 
La tableta lleva la etiqueta de la Golden Campaing y la porción es el sombrero del señor Wonka.
Masami lo ha comprado y me lo ha dado a probar, está riquísimo, es de chocolate con leche y dentro lleva galleta y caramelo...
Puede parecer que poner una lavadora es una cosa simple, y de hecho lo es, a no ser que te encuentres en un país donde no existen las clásicas ruedecitas con el programa y la tempetatura, sino que la lavadora, calculando el peso de la colada, decide lo que debe hacer (seguro que existe una forma de cambiar la temperatura, pero no la he encontrado).La semana pasada fui toda feliz a poner mi primera lavadora (bueno, todo lo feliz que uno puede ser poniendo lavadoras) y me encontré con esto:
Os pongo un detalle de los mandos.
Cuando vi esto bajé corriendo a pedir ayuda a Saia-chan, una chica de la resi, que amablemente me indicó lo que tenía que hacer. En realidad es muy fácil, en el modelo de arriba hay que apretar el botón de la derecha y luego el del centro, y en el otro los dos grandes (primero el gris y luego el rosa). Hay otro modelo más pero no consigo hacer que centrifugue, así que no lo uso.Y por último una foto de la secadora, para ponerla a funcionar basta con apretar los dos botones de la derecha.
Sí, habéis leído bien, el pasado domingo fui a Yokohama (es una ciudad al sur de Tokyo, a una media hora en tren) a celebrar el año nuevo chino. La explicación es que allí está la comunidad china más grande de Asia (fuera de China, claro). Además Yokohama es la primera ciudad en la que estuvo permitido el asentamiento de extranjeros (su puerto fue nombrado puerto internacional en 1858), por lo que es donde más se nota la influencia extranjera, tanto asiática como occidental.Allí comimos gyoza, bebimos leche de coco y vimos un espectáculo en un templo y la cabalgata, después claro de darnos una vuelta por los templos y el barrio en general, que está delimitado por las típicas puertas que todos reconocemos como chinas. Quería subir un video de lo del templo pero no me deja, así que os tendréis que conformar con una foto.
Al caer la tarde nos dirigimos hacia la bahía, donde, además de un inmenso parque de atracciones que pienso visitar en cuanto deje de hacer tanto frío, se encuentra la torre Landmark, que con sus 296 metros de altura es el observatorio más alto de Japón (¡el ascensor llega a alcanzar una velocidad de 750 metros por segundo!) y desde allí se ve el monte Fuji.
Llevo ya una semana en Tokio y aún no me creo que esté aquí. En breve y según el tiempo que tenga, iré colgando fotos y comentarios, mientras tanto os dejo un video de la canción que da nombre al blog.
