26 sept 2011

Primer mes

Pensaba escribir otro tipo de entrada, pero de pronto me he dado cuenta de que ¡hoy hace un mes que llegué a Saigón! y he decidido escribir otra cosa. Ha sido un mes intenso, pero las cosas la verdad es que me han ido bastante rodadas. Para empezar llegué un viernes que había fiesta en el apartamento de una compañera de trabajo. Al día siguiente me llevaron a cenar a un japonés. El domingo ya tenía apartamento (aunque no me mudé hasta el miércoles) y el día siguiente de empezar a trabajar fue fiesta nacional. Lo que es un buen comienzo, vaya.
Es duro estar tan lejos, no entenderte con nadie por la calle, hablar siempre en otro idioma, saber que en un año, a no ser que te vengan a ver, no vas a ver a tus amigos ni a tu familia... Pero hay pequeñas cosas que lo compensan, la vista desde mi balcón, un paseo en moto por la noche, la seguridad al andar por las calles, aprender cada día algo nuevo, el sentimiento de estar empezando a construir nuevas relaciones. Aún tengo que decorar mi habitación, comprarme un corcho (si es que encuentro alguno), aprender a ir en moto y encontrar mi rincón en la ciudad. Pero todo al tiempo.

18 sept 2011

Cosas que me pasan

Intenté bajarme Shelter y me bajé Shelter. La manía de llamar a dos cosas por el mismo nombre, que no me la explico. Desde luego no era lo que me esperaba pero no fue un mal cambio, ver a Julianne Moore y Jonathan Rhys Meyers nunca está de más.
En otro orden de cosas, ayer me fui de fiesta con mi compañera de piso, estuvo bien, acabamos en un bar desayunando phở, no me acordaba de lo bien que sienta una buena sopa de fideos para acabar la noche.


Por cierto, si alguien sabe dónde puedo conseguir Shelter (la de 2007) le estaré infinitamente agradecida, ninguno de los enlaces que he encontrado hasta ahora ha dado resutado.

11 sept 2011

Empezando

Hace ya casi mes y medio publiqué que me iba a vivir a Vietnam. Pues bien, el tiempo vuela y entre preparativos, despedidas y adaptaciones ya llevo 2 semanas aquí: estoy trabajando, tengo un piso al lado del canal de Ben Nghe que comparto con dos chicas de Hanoi y esta semana empecé las clases de yoga y recibí mi primer masaje.


En cuanto a la ciudad, he de decir que es inmensa, el tráfico es un horror y cruzar la calle tiene bastante parecido a jugarse la vida entre las motos. Aún no estoy segura de querer alquilarme una por mucho que sea el medio de transporte más rápido para moverse por aquí.

Es la peor ciudad que conozco para andar por sus calles, porque cada dos metros te paran preguntándote si quieres un xe om (moto taxi). Parece que la gente siempre te esté intentando vender algo. También llueve casi todos los días de una manera que parece que se vaya a inundar el mundo. Es desordenada y sucia. Y me encanta.

Me gustan las vistas desde mi balcón, todas esas luces que se ven a lo lejos. Me gusta tener una verbena debajo de mi ventana (no sé exactamente dónde por mucho que recorro la zona no logro encontrarla). Me gusta perderme por las calles. Me gusta la seguridad que siento al pasear por las noches. Me gustan los xe om, aunque se pierdan, aunque en ocasiones parezca que vas a morir empotrado contra un autobús, aunque invadan las aceras y el carril contrario. Me gusta la sensación de ir en moto por esta ciudad. Y definitivamente me gusta la manera que tienen de celebrar los funerales (cuando me muera, quiero hacerlo aquí).