9 dic 2010

Burocracia

En la entrada anterior os contaba que M. perdió el pasaporte, así que el lunes 29 fuimos a intentar hacer uno provisional que le permita salir del país cuando llegue el momento. Y digo a intentar, no a hacerlo, porque ya nos habían advertido de que no lo conseguiríamos en un sólo día.
Amaneció lloviendo (bueno, la lluvia empezó a las 12 de la noche y aún no había parado) así que para salir del hogar lo primero que teníamos que hacer era atravesar el lodazal en que se había convertido la calle. Sí, está sin asfaltar. Intentamos llamar a un móvil (taxi) pero P. nos dijo que no iban a entrar, no pueden atravesar el camino. Así que fuimos a por el micro. Sabíamos donde bajarnos y más o menos dónde estaba el consulado.




Nos bajamos bien pero estaba más lejos de los previsto así que después de andar un rato bajo la lluvia y acabar con el pelo chorreando decidimos coger un móvil para descubrir que estábamos justo al lado.
Una vez allí descubrimos que si alguien detrás de una ventanilla puede acabar con tu cordura en España lo de aquí ya no tiene nombre. Es algo que venimos observando, te explican las cosas como si ya las supieras así que no te aclaran nada y si es posible te lían aún más.
Nos dicen que hay que ir a la policía a denunciar, por supuesto el cuartel está donde Cristo perdió la alpargata así que volvemos a coger móvil y damos una vuelta turística por la ciudad.
Llegamos allí y encontramos un patio interior a modo de corral rodeado por casitas que deben de ser los distintos departamentos. Por supuesto no hay carteles indicativos (bueno, salvo para los antecedentes penales) así que preguntamos, nos indican y cuando llegamos no hay ni Blas trabajando, sólo gente esperando. De pronto un tipo se levanta y empieza a limpiar el agua del suelo (que se cuela porque las ventanas están rotas y tapadas con papeles). M. le pregunta y después de insistir un poco le hace pasar a uno de los ordenadores, ¡era uno de los policías!
Una vez hemos tramitado la denuncia, cogemos el micro (esta vez BIEN) y después de una hora llegamos al hogar. A M. aún le quedan trámites por hacer pero con un poco de suerte tendrá pronto los documentos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

te pasa de toooooo
muak

la medusa queratínica dijo...

No soy yo, es la ciudad. Una de las educadoras dice que aquí puedes hacerlo todo (y con eso se refiere a TODO)con tal que tengas plata.

Isabel dijo...

jajaja vaya tela, y yo quejándome de los españoles!!
Sólo me queda una duda: exactamente... cuándo dices que trabajáis???
Muak!

la medusa queratínica dijo...

pues ahora prácticamente todo el día porque estoy de encargada en el edificio de los chicos! pero eso da para otra entrada y aún tengo pendiente la del campo. Si no por las tardes de 2 a 8.